He de admitir que el movimiento 15-M me ha sorprendido gratamente, su repercusión está teniendo efectos y por primera vez en mucho tiempo, todos los ojos del mundo están puestos en nuestro país por una causa digna para variar.No esperaba esta reacción de la juventud española, que por fin ha optado por movilizarse y reveindicar una democracia real ya olvidada en las décadas de los 70 y 80. Es muy grato comprobar que aún queda un significativo número de ciudadanos que se preocupan por los derechos del pueblo y que son capaces de demostrarlo de forma organizada y pacífica(aunque el gobierno no haya respondido igual).
El espíritu y la motivación de este movimiento parecen auténticos. Sin embargo, aún permanecen dudas en mi cabeza.Sigo siendo algo escéptico ante esta repentina manifestación de indignados, y, considerando la trayectoria y los hechos de la mayoría de los políticos de este país, es inevitable que me haga la siguiente pregunta: ¿Quién podría beneficiarse de esto?
La manipulación es un arma muy utilizada hoy en día, y es que los títeres no paran de ofrecerse voluntarios. No veo una claridad absoluta en este asunto, puede haber demasiados objetivos ocultos, y aunque como he dicho anteriormente creo que el sentimiento y la indignación de este variopinto grupo es real, también contemplo la posibilidad de que sea mera ciencia ficción, una cortina de humo que tapa intereses más egoístas y partidistas.
Habiendo hecho este análisis, solo espero que el movimiento mantenga su fuerza y sus convicciones y que la voz quejumbrosa del pueblo haga mella en los oídos de algunos.
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