sábado, 27 de octubre de 2012

Dalí vuelve a la plaza



 
Hola amigos/as, la entrada a la que hoy me dedico va a tener cierta base periodística que espero que no moleste a nadie y consiga agradar a alguno. El ser humano, como ya habréis podido comprobar a lo largo de vuestra vida, tiene varias vías para poder expresar sus sentimientos además del famoso diván. Las personas contamos con una amplia libertad de expresión que puede desembocar en la prensa, en la literatura, en el baile y en el canto (esto hoy en día esta muy de moda en los programas de tv españoles, no hay nadie a quien no le den una oportunidad  para probar suerte en algún programa escandaloso y ordinario, con jurado incluido, eso sí, para destripar y humillar a los participantes o bien para darles una palmadita en la espalda y ya de paso algún inflamiento de ego, ya no sé que es peor sinceramente) en la actuación o en la pintura y artes plásticas.

Es en este último punto donde pienso detenerme para mostraros una noticia que cubrió un servidor en la famosa plaza de Dalí. Pero repasemos antes un poco la vida y la obra de este loco artista. La influencia de Salvador Dalí además de la pintura, ha llegado a campos como los del cine, donde hubo una colaboración con Disney ,con Buñuel y un proyecto de Dune con Jorodowsky (otro genio desequilibrado) que terminó estancado.

Salvador tuvo contactos con la literatura ya desde su etapa estudiantil, donde ejerció de editor en una revista con un grupo de amigos, no podemos olvidar la relación directa entre el catalán y la Generación del 27,cabe destacar especialmente el vínculo íntimo que unía a Salvador y a Federico García Lorca; dejo un link explicativo para aquellos que no estén puestos en el tema http://blogs.periodistadigital.com/arte.php/2010/09/23/p279656
 
En este artículo de Daniel Giralt se recoge la faceta de Dalí por la pluma, el texto confirma sus aspiraciones de realizarse como escritor
 
Y desde luego, tampoco hay que olvidar, que fue a través de un libro, La Interpretación de los Sueños, de Sigmund Freud, donde Dalí descubrió la semilla del surrealismo que más tarde haría germinar dando numerosos frutos.

La fotografía también tuvo el honor de ser otro de los medios del catalán, quien colaboró con Philippe Halsman en una imagen que pasaría a la historia por ese movimiento y caos tan bien captados. Aquí tenéis el desorden mágico donde aparece el maestro. Para conseguir  la fotografía se tuvo que invertir 5 horas, viendo el resultado no es de extrañar.


Dalí Atómicus

Las artes escénicas despertaron también el interés de este polifacético autor, quien fue el encargado principal de diseñar los figurines y la escenografía del Don Juan Tenorio de 1949. En el siguiente vídeo podemos observar los aportes que surgieron de la mente de Dalí para la conocida obra de teatro.

 
A continuación, en la imagen de abajo podéis ver una fotografía de los trajes creados por Dalí y Picasso para las artes escénicas, expuestos en el museo de Santa Cruz en Toledo.
 
 
El maestro reveló en varios periodos de su vida y arte una profunda afición por las matemáticas y las hipótesis científicas. Sus cuadros eran muchas veces una prolongación de las teorías de grandes científicos como Dennis Gabor,  Albert Einstein, René Thorn o Jim Watson y Francis Crick. En el siguiente documental se explica la combinación de estas dos facetas, pintura y ciencia. Si tenéis tiempo os recomiendo ver todas las partes del vídeo.
 
 
Es lógico que  multitud de artistas se rindan continuamente ante este inmenso legado artístico y busquen un toque, una marca o una influencia relacionada con el pintor surrealista, con el pintor metafísico, con el pintor religioso, con el pintor anamorfista, con el pintor hiperrealista  y con la suma de todas las ramas y estilos que Dalí aglutinó. La fama internacional que el genio español consiguió es bien merecida, no sólo por su carácter intelectual y vanguardista, sino por su propia personalidad, por ese cerebro irrepetible que al parecer coexistía en varios mundos. La fascinación por el personaje ha creado imitadores a lo largo y ancho del mundo. Últimamente ha cobrado importancia el autor ruso Vladimir Kush, claro descendiente del dalinianismo. Podéis juzgarlo vosotros mismos en los siguientes cuadros.  
                                                                                                                   
 




 
Aquí en Madrid también seguimos manteniendo vivo el recuerdo del maestro. Este mes pudimos apreciar un rico homenaje de Salvador Dalí en la plaza homónima, en el barrio de Salamanca, como mencionaba al principio de esta entrada. Frente al Dolmen de Dalí se convocó un concurso de pintura con un objetivo, plasmar la obra desde una nueva perspectiva. En mi noticia podréis informaros con todo lujo de detalles sobre el evento, los participantes y el ganador del premio. En el artículo se incluye también una fotogalería de todos los proyectos que compitieron ¡Echarle un ojo!
 
Me despido una vez más, dejando un mítico documento audiovisual de 1977, se trata de una entrevista concedida por el pintor a rtve en el programa "A Fondo". Espero que esta nueva entrega del Diván de las desdichas os haya resultado instructiva y que como yo, hayáis redescubierto la calidad y la poderosa influencia del padre del surrealismo. Hasta pronto.
 


domingo, 7 de octubre de 2012

El poeta canadiense


Saludos lectores, regreso tras un periodo de parón debido a distintas responsabilidades que me han mantenido ocupado y que posiblemente volverán a retenerme en un futro próximo. Pero centrémonos en el presente. Esta vez mi interés ha dejado de lado las injusticias que nos rodean, los atropellos sociales que vemos día a día y la subnormalidad humana. De hecho, este texto está dedicado justo a lo contrario, a la virtud, en este caso representada en un hombre sencillo, respetuoso y talentoso. Doy paso pues al mesías del folclore musical, y no, no es Bob Dylan.
 
El viernes la ciudad de Madrid tuvo el placer de acoger en el Palacio de los Deportes a una de las figuras más emblemáticas del folk y del rock. El famoso cantautor Leonard Cohen visitó una vez más nuestras tierras para deleitarnos durante cuatro horas con su amplio repertorio. El concierto, que se dividió en dos partes, permitió al compositor presentar su nuevo disco “Old Ideas” así como recuperar todos sus grandes clásicos.

La puesta en escena del directo fue sobria y efectiva, basada en un simple telón teatral, el cual cambiaba de color según el matiz de cada canción. El cantante judío apareció ataviado con su impecable traje y su inseparable sombrero reafirmando esa elegancia que tanto le caracteriza. Cohen se acompañó de la misma familia que siempre lleva en sus viajes, su coro de ángeles formado por la vocalista Sharon Robinson y por las hermanas Webb, que completaron con sus dulces voces la gravedad y profundidad del maestro. Entre los miembros del grupo, encontramos también a un compatriota, el guitarrista español Javier Mas, pieza clave en la música tradicional de Cohen, que recurre frecuentemente en su obra a instrumentos populares como la bandurria, la guitarra española o el laúd.
                                                                                   

Leonard Cohen abrió el show con su habitual “Dance me to the end of love”, canción que fue coreografiada por dos bailarines mientras el canadiense iba entrando en calor. En esta primera parte el cantautor no consiguió hacerse del todo con el público, a pesar de interpretar temas memorables como “Everybody Knows” (magnífica la potente percusión añadida, un arreglo considerable que se debe destacar) o “In my secret life”.

Fue en la segunda mitad cuando Cohen llegó a tocar a la gente. En esta parte se mostraron más sentimientos y hubo mayor complicidad con los fans, quienes decidieron volcarse cantando y aplaudiendo en canciones como “Halleluja”, “Take this Waltz” o “So long Marianne”. Un aura religiosa cargada de intimidad gobernó sobre estos himnos que llenaron de satisfacción a todos los presentes. Sin embargo, también hubo espacio para momentos animados presididos por ritmos militares y reminiscencias sureñas con “The partisan” y “Democracy”. El recital, que parecía terminar con la despedida de Leonard en “Closing time”, se prolongó bis tras bis para acabar concluyendo con una digna versión de “Save the last dance for me” conmovedora balada de los Drifters.
 

Ya quedan pocos halagos para este Matusalén musical de 78 años que tanto ha conquistado. Leonard Cohen es un ejemplo como artista, una influencia obligatoria, un referente en la poesía moderna, un hombre educado, un transmisor de la cultura, en definitiva, un señor con todas las de la ley.