viernes, 20 de enero de 2012

El cierre de las libertades

 

Kim Schmitz, el creador de Megaupload ha sido detenido y enviado a la cárcel en Nueva Zelanda junto a tres compañeros directivos acusado por delitos de piratería informática. Tras este arresto está el FBI , el cual ha pedido la extradición de los "supuestos criminales" Schmitz, Finn Batato, Bram van der Kolk y Mathias Ortmann. A este caso se le han sumado numerosas detenciones en Estados Unidos, así como el cierre inmediato del portal Megaupload, servicio al que están adscritos más de 150 millones de usuarios.

Este hecho ha significado un duro golpe para las principales páginas proveedoras de películas y series, tales como series yonkis, cinetube, etc, quienes no pueden contar ya con esta plataforma de vídeo. Un caso curioso ha sido el de David Martínez y Jordi Tamargo, cofundadores de Burn Media SL (empresa propietaria de series yonkis) que decidieron vender su participación pocos momentos antes de la aplicación de la ley Sopa, ley culpable de esta cruzada absurda en contra de estas páginas, cuyo único delito ha sido proporcionar entretenimiento libre de cargos.

Sin embargo, la comunidad internauta no ha querido quedarse de brazos cruzados ante estos ataques y ha respondido saboteando algunas páginas oficiales. El grupo de hackers conocido como Anonymous, bloqueó temporalmente la página web del Departamento de Justicia, la de la productora Universal Music y también la de la Asociación del Cine de Estados Unidos, entre otras. Esto es lo que pasa cuando se arrincona y se maltrata a un animal manso que disfruta de su pasto.

Conociendo el poder y el alcance de Internet, me parece que esta batalla iniciada por los gobiernos ya está perdida de antemano. Para empezar porque han tocado un tema polémico (el de la propiedad intelectual vs libertad ) asociado a  su vez, a otro tema polémico, como es el de la parrilla televisiva y la crisis económica. La gente o bien se ve obligada a buscar contenidos con nivel en Internet porque la programación de la televisión no puede dárselo o recurre a las descargas gratuitas porque no puede permitirse la compra de los artículos originales. Este es el auténtico problema en el que tendrían que centrarse las leyes, porque a base de censuras y arrestos dudo mucho que se consiga un acuerdo.