viernes, 30 de diciembre de 2011

Nuevo gobierno, nuevas mentiras


No ha tardado mucho Rajoy en contradecirse, al parecer le ha bastado aplicar su primera medida para echar por tierra su tan remarcable gobierno de transparencia. Vivimos en un país tan cobarde y mentiroso que es imposible la existencia de un partido político capaz de exponer un programa electoral sin quebrantarlo. 

Y es que ya se sabe, el animal político es mentiroso por naturaleza y los desgraciados somos nosotros, los ciudadanos cándidos que les seguimos dando cuerda con nuestra confianza. Yo, personalmente, confiaba (iluso de mí) en que este nuevo gobierno aportara por lo menos algo más de credibilidad que el anterior, y ¿Con qué me he encontrado? Pues con nada nuevo señores, que es lo peor que se podía esperar en este momento, por cierto, mentiras, mentiras y más mentiras.

Al parecer esta subida masiva de impuestos ha sido justificada por la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz como una "medida extraordinaria" y, ojo al dato, "temporal" para equilibrar un déficit público del PIB superior al 6% que esperaban por dos puntos. Esta reacción sería comprensible si partiéramos de la base de que el gobierno del PP andaba por las nubes mirando a las musarañas sin ser conscientes de los problemas que se les venían encima.

Problemas que, por cierto, provienen de antiguas y constantes mentiras de uno de los peores gobiernos de nuestra historia, protagonizado por el talante de Zapatero. Pero lo peor de este asunto no son las tremendas medidas que Rajoy (que no se ha atrevido a dar la cara en el comunicado) ha impuesto súbitamente en medio de estas fiestas navideñas, las cuales no suelen ser muy austeras precisamente. Lo peor ha sido el timo encubierto que ha cometido contra todos sus votantes traicionando los objetivos que tan claramente había marcado, jactándose de ellos.

¿Qué se puede esperar a partir de ahora? Francamente no pondría el listón nada alto, aunque las medidas sean bienintencionadas y acertadas. Lo mínimo y esencial que se tiene que transmitir al pueblo es la confianza. Nosotros se la hemos dado al PP en una gran mayoría, y de momento, esta nueva legislatura ha respondido en la misma línea que el gobierno anterior, mintiendo y llendo a la solución fácil que tantos quebraderos de cabeza ha costado ha nuestros "expertos" economistas.

Os dejo un vídeo del debate Rajoy-Rubalcaba para que recordéis en qué manos andamos, siendo gobernados por hipócritas.




lunes, 12 de diciembre de 2011

Ruinas de Cine

Que la piratería y los altos precios han supuesto un duro golpe para el mercado del cine no es nada nuevo. Sin embargo, uno no se da cuenta de la desoladora realidad hasta que decide entrar en una sesión de tarde y se encuentra un mar de butacas vacías, o cuando pasea por las ruidosas calles de Madrid y es testigo de esto:

             Cines Benlliure C/Alcalá 106, abrió sus puertas en 1954 para cerrar en 2007

Fue sustituido por una librería ABAC que no supo aprovechar el inmenso espacio de este edificio y se limitó a ofrecer poca variedad (encima de nivel bestseller) por lo que acabó compartiendo el mismo destino. Por lo menos los sin techo le siguen sacando un uso resguardándose en sus escaleras de mármol.

               Cine Tívoli C/ Alcalá 80, abrió sus puertas en 1930 echando cierre en 2005

De este viejo cine sólo ha quedado su fachada de estilo vanguardista, sus salas son ahora escombros sucios que dejarán paso a unos nuevos apartamentos con servicios domóticos.

              Cine Cid Campeador C/ Príncipe de Vergara 26, dejó de funcionar en 2009

La despedida de este valeroso guerrero no ha merecido la pena, ya no veremos nunca más ni su armadura ni sus fantásticas películas, las cuales solían provocar una cola que doblaba la calle entera. Se rumorea que su sustituto va a ser un triste párking.  


 Y es que me duele el alma cuando veo estas ruinas que no tan antaño fueron edificios emblemáticos, teatros imponentes que proporcionaban diversión, miedo e intriga. Estas puertas no aceptan ya ni a ningún cinéfilo, ni a ninguna persona estresada que busque una momentánea evasión en su vida. Este ritual al que antes estábamos tan acostumbrados se ha cambiado por una fría pantalla de ordenador.

Pero lo peor de todo es ver la degradación y el poco respeto con el que se están tratando a estas construcciones,  teniendo algunas de ellas realmente un valor histórico y artístico. Ver día tras día cómo se van pudriendo las paredes de estos cines en los que tan buenos momentos he pasado, es sin duda, la parte más dura. Temo que esto suponga sólo el principio, que sea un ligero avance de lo que nos espera y un buen día al despertarnos descubramos que la cartelera está en manos de Internet o de los multicines de las afueras.

Lo cierto es que hasta ahora nadie ha movido ningún dedo seriamente en defensa de este arte. Ningún empresario ha decidido arriesgarse rescatando estas maravillas, restaurar estos negocios sólo por el amor al cine.